¿Aburrida yo? ¡Jamás!
He transformado mi cama
en una morada de ardor,
donde me entrego a mis sentidos
y como invitados de honor…
esta mi cama, mi deseo y yo.
Me he convertido en mi amante mimada,
en privado me estrujo, me beso, me muerdo,
me entrego y a mis ganas a reposar las pongo.
Mi cama es mi complice y sostén,
a veces para encelarla me despliego frente a ella,
tomo la silla como prenda, extendiendo una pierna hacia el techo,
le bailo, me muevo, y en gozo me exedo.
La soledad ha sido mi mejor amiga,
antes de ella no sabia lo mucho que me quería.
Me ha enseñado a querer mi cuerpo…
a buscarlo en noches de invierno;
a seducirlo cuando cuece la tierra,
a tocarlo apasionadamente pero sin forcejeos.
Me ha forzado a sentir necesidad de mi,
- necesidad que se alivia con el embrujo de mis dedos.
Pero no hay mayor enseñanza que el dia de hoy
mirarme tal y como soy; tan mujer, tan sensual y tan divina,
sí, eso me enseño mi amiga.
Aburrida yo? ¡Nunca!
Albaro Torres canta a la distancia
sus letras van excitando mi espalda.
Mi piel demuestra sentimiento
evidenciando que los vellos estan en acuerdo.
Mis manos coquetean con mi panorama -
mi cara, mis colinas y piernas se convierten en una,
mientras un último suspiro al viento emito
preguntandome ya exhausta:
¿Cómo es que hasta ahora tropiezo conmigo?
LeydisProse
1/3/2019
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