Camino lento, como olvidando mis manos que han sido desgarradas por el tiempo
Se amontonan los muertos de mi memoria,
Furores olvidados, pasiones en abandono
Todos juntos en mi cabellera cana, ocultos en las sombras de mis huesos
Mis dedos enroscados por los años no distinguen piel de acritud
La figura transmuto en sombra lineal, sin costados, sin mirar
El espanto, el pasar del tiempo, convirtió el torso en humedad
Qué palabra elevo ahora, donde el cielo guardo mis ojos fijos
Que sonido emite ahora, donde quedo el misterio de lo cotidiano
Alma mía que aún contiene el deseo
Grita, implora. Gime por el sueño y el aroma
Susurre a tus oídos, sueños, quimeras, utopías
Han crecido con el tiempo las corrientes sin orillas
Dónde en tu pecho ha quedado mi consuelo
Dónde en tu vientre he olvidado mi niñez
Qué palabra digo ahora, que no asesine mi memoria
Que figura miro ahora, que no derribe tu grandeza y tu gloria
Quien soy en esta hora, sin contorno, sin imagen, sin aurora
Sueño soy, quizá un recuerdo, anima sola sin aroma
Por fin la noche que tanto espero, trae abrigo y buen refugio
En su sombra de misterio doy cobijo a mi pecho
Gélido frío siento ahora
Soledad que tanto implora, el abandono y tu matriz