Bésame sutil como el rayo de sol mañanero,
bésame despacio contándome como te fue hoy,
bésame dulce como tus anhelos
bésame con arte, espontáneo
bésame al ritmo de Beethoven
y embriagante como Bukowski.
Luego;
bésame intenso y amargo como el café rutinario,
bésame adictivo como el cigarrillo,
bésame húmedo regando mis raíces,
bésame sin pausas y con devoción,
rápido, acelerado pero no fugazmente.
Bésame eternamente
para toda una vida,
bésame, amor, bésame
como si dijeras te amo por última vez
desgarrador, liberador e inolvidable.
Luisa Liendo.