Anoche tuve un sueño
que de veras lo quisiera
de tener entre mis manos
esa piel de madreselva,
que me he visto trepando
como colibrí de floresta
para libar ese néctar
de su flor color canela
entre pétalos rosados
esa dulzura tan tierna
en los conos florecidos
con mis manos de tormenta,
suavizarlos no pudiera
pues son ellos de pura seda
enclavados en el cuerpo
de la tierna madreselva.