Francisco DG

Decías.

Dijiste que no te irías,

que la calle jamás estaría vacía,

que mi corazón por ti nunca sufriría,

pero claro, no eran más que fantasías.

 

Y aun me río de las mentiras,

de tantas cosas que decías,

de la vida falsa en que creía

y de tu alma ajena a mi agonía.

 

Yo nunca quisé otra vida

que la trazada en estos días,

más hoy me quedo con la herida

la llamaré por ti, Santa Lucía.