Se alinean breves
los olivos entre barbechos,
mientras una inquieta
y eximia llamarada...
inflama el horizonte de su ausencia.
Cipreses tallados de abandono
se alinean en la tumba
irreverente
de los sueños...
mientras mi labio
se desahoga de nostalgia,
exhausto y desasosegado...
en el alma descorazonada
del crepúsculo.