Cuando la noche presurosa canta
las letras que describen a tu esencia,
el corazón resuena hasta la médula
y de él emerge fresca una palabra;
dulce eternidad viva y relatada
en los labios amantes que te sueñan:
pronunciar juntas todas esas letras
escriben los segundos del mañana,
resucitan los escondidos soles
que habitan en mis íntimos poemas.
Soñar así es dibujar las estrellas
como rimas expertas en esencias
condensándolas en múltiples voces;
rimas que ardientes proclaman... tu nombre