Cuando los ángeles duermen,
a nadie pueden defender.
Cuando tu ángel mío, duermes,
tan solo quiero, tu sueño proteger.
Cierras tus ojos y descansas,
mientras yo admiro tu gracia,
la que Dios pone en tus cosas,
como en tus labios de rosas.
Apoyas tu cabeza en la almohada
y te sumerges en tu sueño de hadas
donde eres de mis anhelos reina
mientras mi mano tu cabello despeina.
De tus dulces labios emergen suspiros
que me invitan a hacerlos siempre mios,
los miro y ya siento su tierna lozanía
que con su dulzura siempre me inspira.
Sueño de ángel es tu sueño, amada mía,
porque mientras duermes vida das,
a las ilusiones que juntos compartimos
en sueños que juntos haremos realidad.