CUANDO NO ESTÉS.
Me acompaña la noche; tú te has ido.
Dejaste aroma de nardos en mi lecho
y la tibieza de un algo que no ha sido.
Me dejaste clavada aquí en mi pecho
una tristeza de eterno peregrino
y una angustia de náufrago maltrecho
extraviado en un mar desconocido.
El sol entrará por la ventana
y habré de sentirme destrozado
igual contigo que sin ti cada mañana.
Y beberé el café de mi nostalgia
en cada amanecer desconsolado
en que la tenue claridad del alba
me dé los malos-buenos-días en solitario.
©Luis Morales
02/24/1993