EL VINO DE MI VIDA
En las tardes arreboladas vividas,
el vino de mi vida hasta la embriagues
absorbí.
Traté de apagar la pena del amor perdido.
El que dejó arrebatados delirios
en el alma.
A tragos lentos tomé lo dulce y lo amargo,
de profundas pasiones sentidas,
cobijadas en la oscuridad
que me acompaña, con tristes fulgores
de penumbras que jamás se irán.
Mi sol poco a poco se opaca,
escaso en luz apenas sobrevive.
El calor que emana, solo da para agua tibia,
buena ya, ni para lavar
angustiosas heridas amorosas.
Música celeste atada a mis anhelos escucho,
silencios del tiempo,
se desmoronan en sutiles evocaciones
salidas de su tierna imagen.
En delirium trémens explosiono
Al imaginar su fantasmal figura ante mi
deslizarse,
en beodez celeste termino.
Cariñoso alrededor de sus gracias vuelo,
cual Ícaro, torno al sol revoloteo.
En el intento de encontrarla fallezco.
bambam