Nuevamente en mis sueños vi la rosa marchita,
su fragancia lanzó remembranzas al aire,
despojó al corazón del divino donaire
presagiando el dolor que atolondra y crepita.
Reveló su intención la mirada infinita,
negoció la añoranza con sabor a quimera
se perdió entre las sombras el dolor por la espera
mientras tanto la flor sus recuerdos musita.
Nuevamente la rosa fue el flagelo bohemio
del errante corsario traicionando en su fuga,
el frescor del remanso mientras tanto subyuga
lo que quiere expresarse en el libre proemio.
Entre tanto el recuerdo se alejó vehemente
y así pude intentar desafíos que inspiran.
Entre notas libertas mil nostalgias suspiran
sublimando al amor en su andar inminente.
Aimée Granado Oreña ©
Gota de Rocío Azul
Cuba/ Estados Unidos de América