Todos duermen aquí, no hay un mal que sucumba
ante sus ojos; alguien dice: «¡Muertos están!»
mas los veo felices; sin menester de pan.
Así mi corazón se advierte de una tumba.
¡Oh Siddharta Gautama!, la transformación
que en tu gran sensatez dijistes de la Muerte
era verdad; asculto la vida...\"no existe suerte\".
Causa y efecto, amor y un triste corazón.
El mal que nos alcanza, el bien que se nos va;
todo está en movimiento, Siddharta Gautama,
el esplendor de la Muerte todo nos sana,
y una beatitud excelsa se nos da.
Todos duermen en esta noche que pasa hala;
menos yo, mi sustancia se marchita y exhala...!
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David John Morales Arriola