He dejado de pensar, de pensar en mí, de pensar en ti, en pensar de lo que fui yo para ti.
Aun así me tienes aquí, tratando de sacarte de mi mente escribiendo de ti.
No he escrito todo, pues me tardaria mil horas escribiendo solo lo que tus ojos me hacen sentir.
Soy egoísta al querer que nunca me apartes de tu vista.
Llama me ególatra pero dudo que alguien te espere más que yo, lo único triste de esta historia es que al final el que queda solo; soy yo.