TITUBEANTES CLAMORES
El no disfrutar tu alegre presencia
siglos hácenme.
La espera de volver a oír tu voz
la sensatez atrofia,
al escucharla, los quebrantos se esfuman,
se alborotan mis oídos,
con su cadencioso ritmo.
En el cielo sin detenerte navegas,
irradias el divino esplendor de tu beldad,
el cual se enlaza fuertemente,
a mi alma con ansiedad.
En el intelecto, a la distancia,
Siempre constante en el juicio existes,
los ratos de espera
oscuros nubarrones se vuelven.
La estampa jacarandosa de tu risa,
enlazada a mi vida vive.
Un chubasco de titubeantes clamores.
en la garganta se aglutinan.
Con ellos inundar tu alma trato,
colmarlo del amorito desmedido,
tanto tiempo cultivado en lo más azaroso,
del dolorido pecho mío.
bambam