Hay vientos de pueblos que llevan
ironías inciertas a ingenuos.
Pero tu crees en mi todavía,
al leer mis ojos en venturosa geografía,
y el agua que trina de fría,
con iris gastados en río lacrimoso.
Claman tu nombre en sollozos,
para nadar en ti sin miedo,
con la elegancia de las olas,
y en balcones de rudas tempestades.
Mientras el silencio de las cosas,
acompaña la música que vibra en el alma
y en la acústica de las palabras,
¡yo te amo! y te espero sentado en sillones de seda,
con una rosa en la mano y
junto a la luna que esgrime a oscuras,
una alfombra gastada por el tiempo,
me traerá el sello de tus pasos.
LUCIA