Los años pasarán con sus noches y sus días.
Vendrán y se irán las estaciones con sus hojas,
sus lluvias, sus soles, sus lunas y sus estrellas.
Nuestros hijos serán las alegrías que retoñan.
Y veremos juntos hacia atrás, recolectando
los universos que en nuestro amor frescos afloran.
Y te llegarán nuevos poemas con sus rimas
cuando los árboles poco a poco se deshojan,
para refrescarte el corazón y la memoria.
Porque aunque el invierno aún copiosamente llora
por los años que han pasado a nuestro calendario,
el amor se nutre con su verso vivo a toda hora:
en el futuro nos hemos de seguir amando
con el amor del beso que aún siente mi boca,
con el abrazo que fuertemente nos sostiene,
con el poema que jamás muere en la memoria,
con las lunas sugerentes que reflejan los mundos
escritos con papel y amor, llenos de la gloria
derramada en la experiencia por la brava sangre
que en tu apasionado corazón fuerte reposa.
Más allá del poema y las metáforas ardientes
eres la mujer que mi corazón describe ahora
en este canto de esperanza, palabra viva
plena de entusiasmo tras las tantísimas horas
de bosques, veleros, mares y soñados mundos
donde el amor relató con versos nuestra historia;
epopeya cantada en este libro que se cierra
con estas letras que señalan esta bella hora
siendo un futuro, como nuestro canto de esperanza:
¡nos amaremos como nos amamos ahora!