Entre las olas del mar yacen restos de amores perdidos, separados y todos aquellos que no pueden ser recuperados, de esos que sólo pueden ser revocados una y otra vez por la marea, sin destino alguno, para llegar a ningún sitio.
Perdiendo así la capacidad de amar, la esencia de querer; y obteniendo la valentía para dejar ir.
S.