Tú, con tus zapatos de color amarillo,
yo que al verte, no alcanzo la luna:
y el resultado el de siempre: con mi cigarrillo
me mato...y tú...lejos de ser mi vacuna.
Tú eres una bella flor de un bello jardín;
yo un gigante sin suerte ni armadura:
esa es mi vida: yo soy un vacío maletín
y tú, un paraíso verde...y agua pura.
Si te temo, es por tu poderoso veneno,
pero te amo..., como amo el sonido del piano.
Al final, lo único que escucho es un trueno
de Otelo y Desdémona: con mi mano
a tu cuello, te mato: ¡¡Mi bella flor
muerta por un falso y rencoroso rumor!!
NACHO REY