En este inmenso parque, donde no alcanzo;
y soy tan pequeño que nadie me puede ver.
A lentos pasos por la vereda encharcada
solo, escuchando el eco de bellas palabras
que algún día escuché.
Y ante el espejismo de los viandantes
ellos, que hoy se han ocultado de la oscuridad,
los faros lloran recordando
las manos enlazadas y los jóvenes rostros;
esta noche siento la vida cuando para todos murió.