Su luz irradia como alba matinal
se esparce radiante en el horizonte,
dulce despierta a los sauces del monte
de su letargo profundo e invernal.
En el manto azul del lago refleja
el cobalto de un cielo inmenso,
crea con sus manos infinito verso
sembró nardos en la tierra bermeja.
En su piel posa el polen de la vida
y vi florecer rosas en su pecho,
ha sahumado su perfume mi lecho
fin del éxodo, tierra prometida.
Afanó del lucero sus destellos,
del mar sus ocasos anaranjados,
al viento sus efluvios nacarados,
para mí sus ojos dos poemas bellos.
Un beso mi querida namorada,
me pierdo, en tus lagos de bonanza,
jardín del edén, eres mi esperanza,
en mis versos tu faz es figurada.