\"Buscando los reflejos de un ayer\"
Busqué reflejos de mujer dorada
entre acordes de música estrellada,
pero encontré el deseo flagelario
donde morir parece necesario...
Y un bemol cotidiano, rutinario
va gimiendo en suspiro carcelario
angustias de una vida tan vacía
que se viste en susurro y letanía.
Busqué en espejos a mi risa amada,
¡No!, no está su reflejo solidario
que me cubra del frío y la apatía.
\"Eco locuaz de tu existencia en mí\"
Existes, y un dolor es propietario
del quantum en latido involuntario.
No existes, y vivir es mi osadía,
osadía que pierdo día a día
al recordarte diciéndome: mía.
Mía, repite el eco en lejanía,
y la alondra despierta atormentada,
pues su trino quedó sin madrugada.
Mía, palabra usada sin horario...
Mía, obsesión de gran melancolía...
Mía, luna fenece enamorada.
\"Soy, la tinta que nunca cobra vida\"
¿Cuántas líneas mueren de agonía
exhalando tu amor que no vendría?
Este dolor me tiene sentenciada
a convertirme en tinta, condenada:
a morir sin llegar a ser creada,
a morir sin llegar a ser versada.
¿Dónde encuentro la calma a mi calvario?
Mis letras forman parte del rosario.
Te escribo, tú no lees, y sombría
esta emoción enloquece, extraviada
entre mis versos sin abecedario.
de Alma Libre