Despertar a la vida
y sentir sus latidos,
sin pensar en mañanas
ni tampoco en caminos,
recordar sensaciones
y placeres prohibidos
que quedaron muy lejos
sin saber los motivos,
apartar las palabras
y los ojos benditos
que decían mi nombre
para luego escupirlo,
separar sentimientos
con furor contenidos
y guardar en el alma
los ardientes suspiros...
Despertar, nuevamente,
a la vida sin frío,
encontrado las llamas
y rescoldos del niño,
navegar por sus mares,
tan azules, bravíos,
y aspirar el salitre
de la infancia dormido,
recoger la cosecha
de cometas sin hilo,
y de magos y gnomos
por los bosques sencillos,
y saber que los pasos
por la vida son finos,
y que dejan mil huellas
infinitas con signos...
\"...Despertar de las fiestas
y vencer laberintos,
consiguiendo que el tiempo
deje un verso en tu libro...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
06/01/19