Se hayan mi mente y mi corazón en una disputa aparentemente irreconciliable, y es que esta vez la razón pretende anteponerse a los sentimientos, sus argumentos son válidos, cuando el corazón gobernó mi vida fue en picada, el se justifica alegando los instantes efímeros de felicidad y la mente reniega diciendo \"claro pero me llevaste al borde de la locura\".
Hoy mi mente te a dicho que me apego a la buena moral, que no es hacer lo que se quieres, sino lo que se debe, y parece mentiras cuan sosegado se encuentra mi corazón con esta decisión.
La verdad este último parece un niño regañado, que por momentos se sobresalta al verte, e incita y trae recuerdos tiernos, bellos y apasionados, lo hace con picardia, aunque sabe que será regañado. Él tiene sus intensiones ocultas, probar el cielo de tu boca, rendirse a tu hermosa mirada y coquetear para provocar tus inocultables expresiones de sonrojo.
¿Me creerías si te digo que tengo el alma vieja, la mente de una mujer \"madura\" y el corazón de una niña que prueba las primeras mieles del amor?, El causante de este último eres tú, que has cosido un corazón roto y desesperanzado, que has traído con la dulzura de tus ojos alegría a esta tan jodida vida mía.
Sabes? Mi mente es quien ordena que palabras se dicen y cuáles no, intenta explicarte sutilmente el deber ser, porque respeta lo que inspiras dentro de mi... Pero allí expectante y oculto se encuentra mi corazón, lanzandote sonrisas tiernas y miradas de reojo, albergando algún día la esperanza de volver a dominar mi ser.