Pertenezco a la estirpe de los pretas,
fantasmas que inician sus andanzas
cuando el hombre comienza su camino
por los áridos terrenos de la muerte.
Mi formación se inicia en el instante
en que sucumbe por métodos violentos
sin ninguna ceremonia comprendida
en los rituales de la cultura hindú.
Me presento desnudo y desarmado
con mi aspecto diabólico y feroz,
actuando sin piedad contra los vivos,
aunque sean mis amigos o parientes.
Soy experto en estrangulaciones
y en matar de un porrazo a las personas,
obligarlas a que hagan mil locuras
o darles pestes que las deje inválidas.
No existe protección que sustituya
mis actos contra todos los fanáticos
mientras me libro de sus procederes.
La fórmula posible (no segura)
es no injuriarme o presentar la espalda
cuando cumplo la tarea encomendada,
en los pactos donde afirmo y reafirmo
ser el riguroso caballero de los muertos.