En las turbias alboradas
Cuando la avergonzada luna se esconde
Y los grillos se van no sé a donde
Te espero con el corazón alborotado
En la tarde gastada
Cuando el sol se cuelga inclemente
Y la brisa danza inútilmente
Te espero con el alma esperanzada
En las noches oscuras y avergonzadas
Cuando las estrellas intermitentes
Compiten con luceros refulgentes
Te espero con pensamientos enamorados
Entre miércoles y domingos
Entretejiendo octubres y eneros
Con el tiempo envejecido
Te espero como enamorado mendigo
Enredado en mis sueños
Sentado en el filo de la soledad
Acariciando el silencio
Te espero mujer de mis ensueños
Siempre te espero
En las tardes yertas
En los aromas del insomnio
Te espero, siempre te espero.
Lima 12 de enero del 2019