Danny McGee

SI HUBIERA TENIDO UN HIJO.

Si hubiera tenido un hijo.

¡Si hubiera tenido un hijo,
hoy contaría un cuento:
sería todo un hechizo
de amor y alucinamiento!
Sentado, junto a su cama,
atado por su belleza,
de noche hasta la mañana
sería su fortaleza.
Diría que en un castillo
un rey amó a su mujer,
y harían nacer a un niño
por fruto de su querer.
Por esto de verse padre,
hubiera sido otro hombre
y no éste que, por cobarde,
se quiso cambiar el nombre.
Me acuerdo de ese verano,
del sol tocando tu piel,
de un vate que, enamorado,
cayó por tu encanto cruel.
Cegado por tu mirada
de niña y de luz sin par,
un hombre se embelesaba
de tanto beso al besar.
Me hacías una corona,
el rey de aquella estación,
y todo era una ponzoña
que yo creí una loción.
Amando, junto a las olas,
el cuento se haría ideal,
mas todo: tu voz, tu boca
harían todo un final.
Tu alma sobre la mía,
tu cuerpo sobre mi ser,
por una magia encendida
cayeron en su placer.
La noche elevó la luna,
tu cuerpo me elevó a mí
y yo te sentí tan pura
que así de puro sentí.
Te quise atada a mi vida,
al mundo de este poeta
y tú de musa tenías
el alma de una veleta.
Recuerdo verte despierta
con un ademán inquieto,
con una mirada envuelta
en algo que no respeto.
La niña que tanto amaba,
la reina del bello cuento,
clavó su peor mirada
en este vil sentimiento.
Por joven o por malvada
mataste a mi bello hijo,
y yo quedé sin mañana
y con un recuerdo fijo.
Pasaron las estaciones,
pasé de rey a mendigo,
y atado por los temores,
el cuento murió conmigo.
¡Si hubiera tenido un hijo,
hoy yo contaría un cuento:
sería todo un hechizo
de amor y alucinamiento!
Sentado, junto a su cama,
atado por su belleza,
de noche hasta la mañana
sería su fortaleza.
Diría que en un castillo
un rey amó a su mujer,
y harían nacer a un niño
por fruto de su querer.
Por esto de verse padre,
hubiera sido otro hombre
y no éste que, por cobarde,
se quiso cambiar el nombre.