Cada vez que veo a mi esposa
me sorprendo y me enamoro,
a pesar del tiempo,
a pesar de mí mismo.
En ella, los recuerdos
pasan como las hojas de un libro
maravillas de hacerlas mías
en las palabras amadas.
Cuando la miro
sus ojos, los mismos
ella no ha cambiado nada
solo yo, en el tiempo, me he alejado.
En cada palabra
en los intentos
en esos recuerdos
la sigo amando.
Ella tan bella
atardece lentamente
en ese cielo de estrellas
que cuido, una a una.
Cada vez que la veo
sorprendo al amor
a pesar del tiempo
y de mi mismo.