Esmeralda, me impresionan tus cristales
color hojas recién nacidas,
para construirles colosos pedestales,
para admirarlas de por vida.
Pero, ¿ves aquella piedra gris?
En esa que conviven frágiles ecosistemas
de bichos diminutos y grandes pensamientos;
con ella me quedo, con su único matiz
Pues si te acercas entenderás que ninguna gema
con la elegancia de esa pobre piedra
resistirá los vientos…
¿Sabes a qué me refiero?