Soy alguien decisivo y poderoso
en los rituales de la cultura china
cuando de muertos se trata,
y una de las tres divinidades
que habitan los cuerpos disponibles
entre la agonía y la descomposición.
Ejerzo con mis otros dos colegas
como diablo vigilante y minucioso
durante el viaje de las almas solas
hacia las cuevas de la oscuridad.
Los sobrevivientes tratan de impedir
el rápido abandono de los fallecidos
mientras avanza la insidiosa noche,
donde siempre me veo custodiado
por aquellos que quieren retenerme
rondando alrededor del que se ha ido.
Cuando los dioses superiores saben
de mi escape, por su descuido torpe,
los condenan a castigos horrorosos,
ejecutados por flamígeros demonios
y escarnecidos familiares del difunto,
ignorantes del amor y la piedad.