XVI
Miro el abrazo
del humo que danza por la casa
como llevando mis pensamientos a todo
lo que anudo con íntima mirada
mientras el sol
cae sobre mi espalda
gira el repaso
un silencio redondo entra por los huesos
pienso en los de afuera
los que están lejos y aún tocan la puerta
del frío café
sobre la mesa preñada de velas
roza mis labios
continua su bailoteo hasta volverse
reflejo entre mis dedos
la niebla de tu montaña
ceniza que no abraza
el
cerrojo de dios
Milagro Haack
del libro trazo para otro mañana