Jordan Sanchez

Profecía de náufrago

Me temo que tus imágenes están quedando sin sitio, sin espacio, sin rincón impertinente, sin avenidas extraordinarias, sin turismo, sin aviones,  sin iglesias, sin puentes, sin alfombras a tu paso. Quizá se están quedando sin pueblo, sin aliento y sin medidas, sin hambre, sin sueños. O quedándose solo en silencio, debajo de retratos; pinturas y canciones encontradas en el polvo cándido de un jamás: Solamente el retrato en un ojo abandonado, en cada esquina de tu vórtice, semilla, limite, horizonte encadenado de nadie.

Habrías de ser… no lo sé ¿futuro? Habrías de ser tú misma, con esa piel  tuya, con esa sangre tuya, con esa ausencia tuya. Pero a naturaleza de pájaro, un ala tras otra, a naturaleza de ángel, un ala tras otra, a naturaleza de ti, brisa tras brisa y te vas montaña a montaña hasta llegar al mar, y a naturaleza de océano, te hundes y encojo los hombros, te ahogas, ante mí, líquido vital: si te bebo se me acaba el tiempo.

Hundido de uña a dedo, de pestaña a ojo, de pies a rodillas, ya, ya, ya, hundido entre las olas penetrando el pecho; agua de pulmón en cada herida, y hundido hundido, aún sin ahogarme, aún sin beberte, y sin tú ser agua realmente.