Verano Brisas

EL OBSERVADOR

Un colectivo de misteriosos seres

traza el diseño de mi personalidad.

Aparezco en las noches más oscuras

sobre vastos lugares de la Tierra

aunque no tengo identidad concreta.

 

Me llaman El Observador

porque prefiero los sitios elevados,

como las cimas de las cordilleras,

campanarios y copas de los árboles,

donde pueda mirar sin contratiempos

la miserable conducta de los hombres.

 

Permito la proximidad de visitantes

si no hay gestos procaces y dañinos,

o que saluden altaneros cuando llegan,

pues en caso contrario los rechazo

y me sublimo irremediablemente.

 

Nadie sabe mis negras intenciones,

que indudablemente existen,

además de presagiar desastres,

porque soy agresivo y muy perverso.

 

Suponen que aviso a otros mundos

sobre la inicua condición humana,

hecho muy temido por los afectados

que sucumben indefectiblemente

como bichos al golpe de mi garra.