Será, tal vez, que ella también me extraña?
Se habrá despertado agitada, alguna madrugada,
palpando el espacio vacío a su lado,
buscando inútilmente, ese calor que
sólos nos brinda el ser amado?
No sé,
me gusta imaginarla,
pensando, como yo, por las mañanas,
que ese día nos vamos a encontrar.
Que finalmente,
cruzaremos las miradas,
se estremecerán nuestras almas,
al reconocernos sin dudar.