Aún caída tras el dolor de tu pérdida
algo me hizo renacer de mis cenizas :
tu mejor regalo, el que tanto desee,
un fragmento del alma más bella : la tuya.
Sentí que parte de tu espíritu quedó en mi,
un fragmento de tu alma luchadora y honesta,
todo lo que me has enseñado con tu ejemplo
me levantó dándome fuerzas para continuar.
Cada día es un desafío que sólo lo enfrento
con ese regalo tan especial que me dejaste.
Siento que me permitiste guardar tu esencia
en ese trozo de tu alma invaluable y singular.
Lo guardaré como mi mejor tesoro y herencia
una certeza única de que lo valioso no muere,
una fuente inagotable que me mantiene segura ,
las huellas que sólo tu ser generoso pudo legar.
Marcela Barrientos 24/03/2018 Copyright
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Argentina