Sus ojos de miel reflejan la luz y la admiras. Tanta belleza escondida.
Su pelo brilla como el nácar sobre la arena ardiente. La gente pasa indiferente.
Su voz penetra la conciencia y activa los sentidos. Nadie recibe sus latidos.
Yo la miro y deseo desenterrar la esfinge maravillosa. Que todos admiren la diosa!
Su corazón no cabe en ningún otro. Su ternura se desborda y su alma se esparce como las semillas. Que más hace falta que diga? Solo besar su piel de oro.