Vivir unos días contigo ha llenado mi vida de alegría, mis ojos vuelven a brillar y mi sonrisa me suele delatar.
Horas, minutos y segundos cargados de risa, sudor, lágrimas, música, palabras y silencios.
Todos nuestros sentidos se alteran y son capaces de transmitir y recibir todo aquello que la razón calla, pero que el corazón es incapaz de fingir.
Tu sabor, tu olor, tu risa, tus palabras, se han quedado prendidos en mi alma a la espera de un nuevo encuentro, que nos haga vivir con locura y desenfreno, este amor que nunca acaba.