Cuando ya no esté
el tiempo que curva mis exactos huesos
colgará sus sombras como crespones
en la noche y los astros a lo lejos
afilaran sus luces en las pupilas
sin ningún recuerdo
Melodía triste que recibes mis murmullos
te irás también,
en las alas de los pájaros
para espiar los últimos instantes
de un suspiro sostenido por la vida
en la paz de un corazón
¡Ah noche que te empapas de ojeras!
rayo de luna que se desmorona
en la cumbre del crepúsculo
y se acuna en los ojos de una despedida.
preludio que se cierne en las pupilas sin rostro
como luciérnagas que se repliegan
en las cuevas de sus lutos parpados
Cuando ya no esté
mis menguadas huellas
se hundirán en un montículo de escombros
y la tierra entera será el abrigo tibio
en el apacible sueño
de mi extenuado corazón