Si pudieras marcharte ahora
y volver hace treinta años,
mi corazón estaría más quebrado,
más cercano tu adiós obligado.
Si pudieras marcharte ahora
y volver hace veinte años,
no querría que me vieras
sin sombra ni nombre, muerta.
Si pudieras marcharte ahora
y volver hace diez años.
Me verías en la lucha
por la vida, a diario,
con entereza,
con ilusión, con esperanza.
Si pudieras marcharte ahora,
y volver en dos segundos,
me encontrarías repleta de amor.
Y mi mida, en mis manos.