Eres arte entre mis brazos
Oh, que varonil!
Tu cuerpo, abismo de pasiones, que desatan un infierno dentro de mi alma.
Te observo, mientras mis manos te acarician con lujuria
Mis labios en tus labios desencadenan las ganas de dos cuerpos condenados.
Deseo insaciable, aumenta una adicción recurrente
Maldita sea el desenfreno que nos invade cuando en la cama nos matamos desesperadamente
Me obsesiona, un amor prohibido. Sin quererlo.
Los demonios de nuestras culpas, se gozan en las sábanas de un cuarto de hotel
Esperando un mismo horario, una próxima vez
El encuentro se repite
Vuelvo a ser tuya, una y otra vez...