Se marcha el verano
la nostalgia, el calor
y ese bendito navío
que fue soltando mi mano
lleno de canto y de río.
Y seré otoño nuevamente
deshojando de mi mente
el equipaje vacío
reflejo de un espejismo.
El amor que es una rama
fuerte en su armazón
me sacude con tesón,
me arrincona y me desgrana
que tormenta habrá mañana
o un eclipse…mejor
de sangre la luna se baña
ni sus raíces se agarran
derritiéndose de amor.