Barcos que pasan desnudos
con sus velas en cubierta
y los marinos ajenos
a los vientos y galernas,
y es que la mar en bonanza
permite dar esta escena
de las chalupas del norte
que nos desgranan leyendas,
unas de tiempos lejanos
llenas de pesca y ballenas
con capitanes valientes
que arponeaban aquellas,
otras de andar por las playas
y de mirar las estrellas
mientras picaba el anzuelo
y se atrapaba la pieza...
Barcos que van renqueando
y que nos dejan su estela
en el paciente horizonte
donde la mar está quieta,
y su visión me subyuga
y hasta la vista se alegra
tras contemplar la figura
que la chalupa nos deja,
y es que la barca es un verso,
una extensión del poema
donde se engendra la vida
de mil sutiles maneras,
vidas que nacen y viven,
olas que laten con fuerza
para embriagar los sentidos
con su salitre y belleza...
\"...Tanta hermosura sublime
llevan las barcas sin cuerdas,
y así se pasan los días
para dormir en la arena...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/19