Cuando entré en el sacrosanto aposento. eché una ojeada a la biblioteca . y pude leer que no tenía asiento. un joven que se aburre si no peca . En la portada de un libro decía. lees para seguir el camino de perfección. yo bastante imperfecto no lo sabía y me fui contento de volver a la perdición No sé por qué allí no había mujeres. pensaban que menos una eran pecadoras . no se daban cuenta que gracias a ellas eres lo que eres. porque ellas son sobre todo amadoras . Yo no era Apolo. tampoco buscaba una Afrodita. no quería estar solo. ni encerrarme en una ermita