Una noche, él daba
mil vueltas en la cama,
una y otra vez.
De pronto sonó
una hermosa melodía
de una gris radio.
Una de Rhythm & Blues
fue la que metió dolor
en tu herida.
Ella, sola por
la profunda Gran Vía
caminando y pensando
\"Dios, de qué manera
es tan difícil esto
del veraz amor\"
Cupido, cuál fue
el pequeño detalle
que malinterpretaste.
Los dos andando
por el mismo sentido,
ante aquella
milésima de segundo
sus miradas encajan.
Un hecho algo
indescriptible pero
imprescindible.
Poco a poco,
convertidos en amantes
de una insólita
melodía.
Unos lo llaman
el destino, yo lo llamó
la casualidad.