Las melodías se desplazaban por el aire
y nuestras voces sobre ellas,
y aquellos ruidos escapaban por el piso
para no mezclarse con nosotros.
Del crepúsculo hasta el alba aquí te tuve
y sobre piano y saxofón,
nuestros cuerpos bailaban sin mesura
componiendo su canción.
Las melodías se desplazaban por el aire
mientras me besabas al ritmo de tu pulso,
y tu lengua bailando vals
con la mía, una locura.
Y toda la noche te toqué al mismo ritmo
de lujuria y de inocencia,
y mis manos te tocaban
como un piano de suaves teclas.
Y tus pupilas dilatadas al extremo
me recordaban viejas lunas,
y mis ojos te tocaban
la silueta, navegaba en dunas.
Del crepúsculo hasta el alba te tuve
y tu aliento era el soplo del saxo,
que no dejó de sonar
hasta que estuvimos en las nubes.