los brillos eran mensajes
de tus ojos a los míos
tan tiernos y sinceros
como el abrigo que en su vientre
la madre prodiga al concebido
era yo ese ser agradecido
respirando tu aire puro
bebía tus aguas cristalinas
y me sonreías desde adentro
haciendo brotar tus manantiales
soñaba meciéndome con tus vientos
en el verdor de la foresta
arrullado por los trinos
de canoras con plumaje exquisito…
(Soñé que la madre Gea sonreía
y cuando desperté la encontré llorando.)
Copyright © Rodolfo Dondero Rodo
09.01.2017