Llegaste a mi vida como una estrella fugaz
Iluminando la noche más oscura de mi alma,
la dulce melodía de tu voz
hizo vibrar mis entrañas
y el brillo limpio y transparente de tus ojos
activó la clave secreta para abrir las puertas
de mi corazón,
la savia de tus besos hizo reverdecer mi esperanza
y en las praderas de tu vientre
el corcel de mi pasión
cabalgó hasta el infinito.
Me devolviste la fuerza y el valor
para escalar a la cima de mis sueños,
me enseñaste que la vida es fugaz
pero a tu lado es infinita,
con la complicidad de tu mirada juguetona
le diste libertad al niño escondido
en un rincón de mi corazón
para que desplegara sus alas inquietas,
como una mariposa atrevida
enredada entre tus cabellos ensortijados
por la ilusión y el viento cálido
de las tardes de verano.
Tu piel tibia, llena de miel y embriagador perfume
conjuró la soledad de las mañanas
y el sol se volvió a filtrar por la ventana
bendiciendo nuestras vidas
hoy y siempre.