Poema roto
Se me ha roto la esperanza
de los sueños
-ya no sueño contigo-,
la metáfora
de los versos;
se me ha escachado
en pedazos de cristal
el silencio;
no hay ardentía
en la suave tela
de los besos;
el encaje sexy
orillando
los interiores íntimos
-coquetería femenina-
de la Belleza
no tengo...
(Comparte mis congojas el río.
Se me ha encarcelado la libertad
de los pensamientos
y en mis labios
"quién soy y adónde voy"
el viento se lo lleva río abajo)
Que no
Que no,
que entrar no quiero
-para ir a Dios
funerales no quiero-
el día en que el polvo vuelva a ser polvo...
Que no,
que no quiero escaparate eclesial
-incienso, misa,
palabras...-:
Dios no tiene Representantes.
Que no,
que no quiero Cánticos Responsales
- no existen Coros de Angeles,
ni Arcángeles
ni de Querubes-:
pantomimas de teatros medievales.
Que no,
que no quiero vestes eclesiales
-no existe Dios
en las iglesias y Sagrarios-
que recen desde sepulcros blanqueados.
Quiero ir derechamente
al Corral de los Muertos
recibiendo un puñado
de tierra
como homenaje
y en la piedra grabada:
"vine, soñé
y entré en la niebla".
(Salvador)