Llanto en la Ribera del Norte
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Se escucha un gemido,
no es del gato ni del caballo,
se escucha un leve lamento,
en libido está mi alma pecadora,
cuando crece el frío a cuestas del sol,
es el llanto en la ribera del norte,
no calla en desenfreno su corazón,
abatido por lo de anoche,
un ultraje en trajes de seda,
quedó la ribera llena del llanto sosegado,
cuando volvió a amar con el sol,
la lluvia dejó caer por el acantilado,
y sucumbió en trance lo vivido,
era el llanto de la ribera del norte,
con su gran porte de aguacero,
y yo a su lado, el más hombre fiel y sincero…
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