¿Qué hago yo esclavo de mis impulsos?
¿Qué hago yo, tonto, ingenuo e insulso?
¿Qué hago yo pecador de mi destino?
¿Qué hago yo al no ser divino?
No pude evitar estar enamorado,
Ahora, caí en tus manos,
¿Qué hago Oh dulce poesía?
¿Rendirte a vos pleitesía?
Tan dulce niña y a su vez envolvente,
Tan dulce niña y a su vez candente,
Eres una deidad grandilocuente,
Por ti me siento atrayente,
Vos, niña omnipotente,
¡Que siempre siempre estáis presente!
En mis días de lluvia ente que calor me da,
En mis días de soledad; gerente;
De mi corazón, cabeza y mente,
Vos sois lo único que necesito,
Vos sois mi perdición más libertina,
Vos sois mi droga más fina,
Entráis en mis venas y cuerpo,
Así que sin miramientos; me entrego y hago acto de cortesía,
Como si de gestos se tratase te entrego a vos mi amor y destino,
Así que por favor cuidadme y guiadme durante el camino,
Será larga la travesía-peripecia,
Pero si me dais lo que os pido; (Amor y alegría)
Haré acto de mi presencia,
Os amaré hasta consumir mi esencia.
Así que tened paciencia y os amaré hasta morir.