Nos esperan los abismos
nos esperan los silencios
nos esperan los hocicos con su hambre
nos aguardan nuestras cruces
Nos escolta un talud de tierra
nos corteja una ola de mariposas muertas
nos escolta el dolor con exactitud de hierro
nos corteja nuestra carne muerta
Se nos van los huesos
se nos van las voces con su alma
se nos va el pulso y su cansancio
se nos va el odio y la esperanza
¡Ay! después de abrir los ojos
¡Ay! después de cada labio y cada roce
¡Ay! por cada noche, por cada luna
¡Ay! por cada despedida